Tendencias en Real Estate – una visión
optimista.
Con la eliminación del cepo cambiario y corrección gradual de tarifas
2016 será un año de reordenamiento y estabilización de la economía, eliminación
de distorsiones de precios relativos y controles, corrección gradual de
desequilibrios (fiscal y de balanza de pagos), y renovadas expectativas de
integración comercial y financiera. A pesar de un contexto externo desfavorable,
las políticas anunciadas por el Gobierno contribuirán a regenerar condiciones para
la inversión con uno de los registros históricos más bajos (17,2% del PBI
frente a 20,5% en América Latina en 2014). Ello es auspicioso para el Real
Estate cuyo desarrollo depende de que el país retome una senda de
crecimiento del ingreso per cápita. El ingreso per cápita de Argentina cayó a
un ritmo anual de 0,8% en 2012-2015 – mientras que el crecimiento promedio de
América Latina fue de 1,5%.
El camino no está exento de riesgos. El impacto inicial negativo sobre el ingreso
disponible por efecto del ajuste cambiario, aumento de tasas de interés reales
y reducción de subsidios implica en el corto plazo una potencial contracción
sobre la demanda de Real Estate.
Sin embargo el gradualismo fiscal combinado con políticas que profundicen
la equidad (tarifa social, actualización periódica de beneficios sociales y
mínimos no imponibles) ayudarán a evitar saltos bruscos en los ingresos y de
ese modo permitir que el efecto negativo inicial sobre los ingresos no sea
profundo y pueda ser rápidamente revertido.
También juega en contra el contexto
internacional. Los precios de los commodities agropecuarios cayeron un 16% en
2014-2015 y la desaceleración de la economía china y la recesión en Brasil
(nuestros principales socios comerciales) afectan directamente nuestras
exportaciones. El cambio de tendencia de las tasas de interés en EEUU está
asociada a una reversión de los flujos financieros a países emergentes. Pero el grado de autarquía comercial y
financiera de Argentina ha sido tan feroz que aún así una vuelta al mundo puede
significar capitalizar mercados, financiamiento e inversiones. Un acuerdo
cercano con los holdouts aumentarán
los incentivos para la inversión y el financiamiento externo.
Además el impacto de la devaluación sobre los
balances de las empresas o individuos será positivo: los activos de privados en
el exterior son algo más de US$200.000 millones mientras que los pasivos del
sector privado no financiero son de US$25.000 millones.
En particular el sector inmobiliario se verá
beneficiado en forma directa por la eliminación del cepo. La unificación
cambiaria permitió reducir el costo del billete que se utiliza para las
transacciones inmobiliarias (de $16 a $14) lo que será conducente a un aumento
del precio en dólares al cual las transacciones se concretan.
Más allá de los cambios macroeconómicos se proyectan una serie de
tendencias:
1. El sector premium residencial de Real Estate será beneficiado
por la revaluación de activos de los sectores de mayores ingresos y por la eliminación
de licencias y racionamiento de divisas para la importación de insumos de la
construcción.
2. Las tendencias a la descentralización - exacerbada por los costos de
congestión – podrían morigerarse. El tráfico entre el conurbano y CABA aumentó
más del 80% entre 2003 y 2013; en dicho período el transporte público aumentó
la oferta tan sólo 15% mientras que el transporte privado por automóvil pasó de
representar menos de la mitad del servicio a 60%. La nueva política de
transporte público en la medida que aumente la oferta de transporte público
interurbano podría reducir los costos de congestión lentificando la
decentralización y activando nuevos ejes de desarrollo urbano. Por ejemplo: la
reurbanización de la Boca y Barracas explotando un Riachuelo potencialmente más
limpio y navegable o facilitado por la reciente extensión del Metrobus y
posiblemente la autopista ribereña; el desarrollo de la zona Sur por extensión
del Metrobus combinado con nuevos puentes sobre el Riachuelo; descentralización
hacia el Sur y el Oeste si se completa la Autopista del Buen Ayre
interconectando Acceso Oeste y la Autopista Ezeiza-Cañuelas.
3. La recuperación de las
economías regionales generará bolsillos de ingresos que se podrían volcar al Real
Estate local en ciudades ya consolidadas del Interior – Córdoba, Mendoza,
Neuquén, Rosario como también en pueblos o ciudades más pequeñas donde existen posibilidades
de un upgrade sustancial en el diseño y calidad de la propiedad.
4. La posible
introducción de una unidad de indexación, o como mínimo el restablecimiento de
la posibilidad legal de indexar contratos, puede facilitar el fondeo de mediano
y largo plazo para el sector. El crédito hipotecario de Argentina
representa 1,5% del PBI comparado con
18,7% en Chile, 6,8% en Brasil y 5% en
Uruguay. El probable desarrollo del mercado de capitales puede a su vez
contribuir al financiamiento inmobiliario mediante instrumentos no bancarios: crowd funding, securitización de
hipotecas y fideicomisos inmobiliarios que cotizan en la Bolsa. Estos cambios en la estructura financiera
tienen el potencial de multiplicar la demanda de vivienda generando
oportunidades para vastos sectores de la población que hoy no tienen acceso a
la vivienda.
Estas tendencias marcarán nuevos horizontes para el Real Estate en
el mediano plazo. Habrá que esperar el resto del programa de
consolidación fiscal y reformas estructurales pero en la medida que se materialicen
habrá nuevas oportunidades de inversión y crecimiento.